lunes, 3. marzo 2008
Jaime, 3 de marzo de 2008, 11:33:54 CET

Arte


Resulta que están buscando (ellos) nuevo director del Macba. Recuerdo que yo fui director de ese museo durante una época. Programé una exposición sobre Velázquez que fue muy controvertida, como casi todas las exposiciones de arte contemporáneo. Un listo incluso me preguntó que desde cuándo Velázquez era arte contemporáneo. Coño, claro que es contemporáneo. De Zurbarán, por ejemplo. También hice cosas modernas que llamaron la atención de... Bueno, de nadie, pero eran cosas modernas. Una performance mía, titulada Hombre montando librería de Ikea y basada en un episodio de los Simpson, funcionó bastante bien. La librería, no. La empujé un poco y se desmontó. Al final fui a una tienda de muebles de al lado de casa y compré una más barata y además me la trajeron al piso y me la instalaron unos señores muy amables. En realidad fue un solo señor, pero la frase quedaba mejor usando el plural. Tampoco era muy amable. Lo normal. Ikea es un timo. Ni es barato, ni es bonito, ni es fácil. La librería, por ejemplo. Al principio me hice un lío y me salió una farmacia. Tardé dos semanas en darme cuenta. La verdad es que una farmacia es un buen negocio ya que la gente tiene la sana costumbre de ponerse enferma. Pero me la cerraron por falta de licencia: decían que yo no era farmacéutico y que un tipo se había muerto o algo así porque le había dado la medicina que no era. Encima. Si se la tomó fue porque le dio la gana. Ni que le hubiera obligado, yendo a su casa, abriéndole la boca y haciéndole tragar todas las píldoras del frasco, cosa que igual sí que pasó, no digo ni que sí ni que no, pero sí que pasó, vamos. Me dio por ahí. Soy un tipo impulsivo. Malditos liberticidas, coartando la libertad de empresa. Es una vergüenza. Es indignante lo que cuesta iniciar un negocio en este país. Indignante. El otro día intenté sacar adelante una multinacional de refrescos con más de quinientas fábricas en todo el mundo y los del banco me pedían dinero. A mí. Pero si es un banco. Si lo que tienen es dinero. Que me pidan, no sé, consejos o yogures. De eso sí que tengo y ellos a lo mejor no. ¿Pero dinero? Es absurdo. ¿Para que lo quieren? Es como darle una peluca a un señor con pelo. Bueno, vale, si tiene frío a lo mejor la puede usar de gorrito, pero no tiene ninguna lógica. Dicho lo cual, diré que el arte contemporáneo es un timo. No, un momento, Ikea es un timo. El arte contemporáneo está bien. Tiene la ventaja de suceder en la misma época y eso ayuda. Porque a veces vas a un museo y el arte de ese museo, al no ser contemporáneo, ya se ha acabado. Concluiré con un chiste: ¿Qué es el arte? Morirte de frío. Pues a mí me parece gracioso.


 
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