martes, 30. octubre 2007
Jaime, 30 de octubre de 2007, 9:59:52 CET

¡No a la guerra!


(Disculpad el título, pero es que no se me ocurría ninguno y he cogido uno de los viejos.) He leído un titular que me ha dejado sin adjetivos para describir mi estado, a excepción del algo demodé patidifuso, por no hablar del bastante demodé demodé: "Centenares de afectados por el concierto de Héroes del Silencio se unen en una web para organizar las reclamaciones". Este hecho es un claro síntoma de lo bajo que está cayendo nuestra sociedad. Es decir, a mí tampoco me gusta Héroes. A nadie no afectado de sordera y con un cociente intelectual por encima de, no sé, veinte puntos, le gusta Héroes. Es más, cualquier persona con un mínimo de sentido de la decencia y de la justicia no dudaría en encerrar en una celda a Enrique Bunbury, arrojar la llave al mar y luego tirar la celda al mismo mar o a otro distinto con ese imitador de Raphael dentro o incluso fuera, pero bien atado a los barrotes. Es más, yo montaría una web para organizar este acto de justicia si tuviera alguna idea acerca de lo que es internet (por cierto, ¿alguien lo ha probado? ¿Está bien? ¿Hay tanto porno como dicen?). Por cierto, eso de unirse en una web, ¿tiene sentido? ¿Las webs no son inmateriales? Y si lo son, ¿ya cabrán todos? En todo caso y yendo al grano, ¿a qué viene eso de los "afectados por el concierto"? A ver, si a alguien no le gusta Héroes, que no vaya a oírlos tocar. O lo que sea que hagan con los instrumentos. Es así de sencillo. Una vez uno acude, haciendo caso omiso del sentido común, del sentido del gusto, del sentido del oído y probablemente también del sentido del olfato, hay que atenerse a las consecuencias. Ya no vale quejarse. Es como cortarse una pierna adrede y demandar al fabricante de hachas. No funciona. En serio. Ningún juez os hará caso. Y luego os picará la pierna que no tenéis y os resultará francamente complicado rascaros. La última vez ya no podía más, fui al cementerio y la desenterré. Ah, qué gusto. Lo malo es que rasqué tanto que se me irritó. Cambiando de tema, he decidido leer únicamente los titulares de las noticias. Se gana mucho tiempo. Leería sólo las primeras palabras, pero por lo general son artículos y no se entiende mucho. Por ejemplo, la portada de El mundo de hoy contendría las siguientes noticias: La. La. Destituido. Un. Zapatero. El. Azcárraga. Tras. Barajas. Los. Los. Sí, es musical, simétrico e incluso prometedor, pero me parece injusto que destituyan a un zapatero. Igual es por jugar a cartas. De ahí las barajas. Pero aun así. El mundo de los zapateros es francamente complicado. ¿Alguien sabe lo difícil que es hacer zapatos? En serio, ¿alguien lo sabe? Yo no tengo ni idea. Pero, vamos, no puede serlo, si los niños vietnamitas fabrican zapatillas deportivas con cámaras de aire de seis o siete megapíxeles. Hay que ver, los niños vietnamitas: si de niños ya hacen esas cosas, de mayores por lo menos serán ingenieros de la Nasa. Eso es lo que acaban siendo, ¿no? Ingenieros de la Nasa, ¿no? Gracias al liberalismo, ¿no? Mientras los niños de aquí pierden el tiempo estudiando y acaban de maestros, ¿no? Las bondades del trabajo, ¿no? Ingenieros de la Nasa, ¿no? ¿No? ¿No? ¿No?


 
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