miércoles, 14. septiembre 2005
Jaime, 14 de septiembre de 2005, 11:35:57 CEST

Hans Adenauer informa


Como recordarás, tenemos un problema por culpa del listo de Jakob: como le dio por no morirse en el accidente de avión y ante la ausencia de universos paralelos, nos encontramos con dos Jakob Adenauer: uno enterrado y el otro dando vueltas y causando confusión, cuando no pánico. Todo por culpa de la aversión que siente mi hermano por la mentira. Así, si en la universidad o en el barrio alguien le pregunta si no estaba muerto, Jakob contesta que sí, en lugar soltar un "no" que al menos tranquilizaría al interlocutor haciendo pensar en una posible equivocación. Obviamente hay que solucionar este lío, para lo que tenemos tres alternativas más o menos posibles. Primero, asesinarle y deshacernos del cuerpo. Esta es la más sencilla. Como buen médico, conozco miles de formas de deshacerme de un cadáver. Se aprende en tercero de carrera. Así tendríamos dos Jakob Adenauer, pero al menos los dos muertos y además uno, digamos, reducido a polvo y en el desagüe. La segunda solución sería resucitar al Jakob muerto, solución por la que apuesta mi hermano, pero que comporta no pocos inconvenientes. Para empezar, mi técnica de resurrección sólo ha tenido éxito con ratones. Y además trae consigo numerosos y variados efectos secundarios: incapacidad para distinguir colores, sordera intermitente, sequedad de boca, profunda desazón vital al cuestionarse la posibilidad de que el alma de uno esté en el cielo o en el infierno mientras que su cuerpo no sea más que un autómata que vaga por la tierra, etcétera. Y si bien está solución elimina el problema de tener un Jakob muerto y otro vivo, sí que conlleva la dificultad de lidiar con dos Jakob correteando por ahí. Mi hermano asegura que sería práctico: uno podría dar clases mientras otro acaba su libro, por ejemplo. También me hace la pelota prometiéndome que podré usar a uno de los dos --"el otro", dice, aunque en realidad no hay "otro"-- para mis experimentos o para comprobar mis según él "particulares teorías acerca del yo". Qué sabrá, el ignorante. Por tanto, parece que la opción más fácil es crear un universo paralelo. Que no existan no significa que no puedan llegar a existir. A simple vista puede parecer difícil, pero en realidad sólo hay que copiar el universo que ya tenemos. Copiar no es difícil. Que se lo pregunten a mi hermano, que se licenció así. No se trataría sólo de crear un universo exactamente igual a este en el que mi hermano no hubiera muerto. Hay que buscar acomodo al hermano que tenemos de sobras sin crear otra duplicidad de Jakobs. Aunque esta duplicidad fuera paralela y a nosotros no nos afectara. Porque eso es lo que mi hermano hará: pasar de este universo nuestro al paralelo que crearemos con un poco de paciencia. Lo que hay que hacer es crear un universo en el que mi hermano haya muerto, pero después viniera de otro universo paralelo a seguir su vida. Un mundo en el que esto se considere normal aun en el caso de que no haya pasado nunca. Porque si no, los Jakob y Hans del universo paralelo intentarían solucionar ese problema, creando a su vez un universo paralelo en el que tendrían el mismo problema que ellos, para lo que los Adenauer del universo tres crearían otro universo paralelo, etcétera, etcétera. Es sencillo.


 
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