miércoles, 24. agosto 2005
Jaime, 24 de agosto de 2005, 11:53:10 CEST

No sólo de soja vive el hombre (o eso dicen)


Hoy en día todo tiene soja. Lo cual es una suerte para la gente que no puede vivir sin ella. Es tan sana y sabe tan a... Bueno, a soja, claro. Que es un sabor así como de estropajo húmedo, pero, bueno, hay gente a la que le gusta y yo no soy quién para meterme con el paladar ajeno, aunque más que un paladar sea algo así como un estropajo húmedo. El caso es que los amantes de la soja no tienen excusa para prescindir de ella en algún momento del día: pueden desayunar un buen café con leche de soja --¿leche de soja? ¿La soja tiene tetas?-- y un par de tostadas bien untadas con margarina de soja. Luego darse una buena ducha con jabón de soja y champú con extracto de soja. Y lavarse los dientes con el nuevo Colgate Soja, afeitarse con una Sojillette, usar un aftershave con aroma de soja y echarse unas gotas de Soja número 5. Uno podría ponerse los nuevos Levi’s Soja y una camiseta en la que se leyera bien claro Soja Girl o I love Soja. También leer un nuevo diario que ha salido impreso en papel de soja y por tanto informa mucho mejor acerca de las noticias del corazón. Para almorzar uno puede tomar una ensalada con abundante soja y, aunque no se sea vegetariano, un sucedáneo de carne que en lugar de estar hecho con tofú, esté hecho con soja. De postre, un yogur de soja o un helado de soja. Y después un té de soja. Para cenar, una buena sopita de soja o un sojadillo de sojamón y queso, o puede que una tortilla de soja o una pechuga de soja. También podría beber cerveza de soja, que es más sana, cómo no. Y edulcorante de soja, salsa de soja, zumo de soja, vino de soja, vinagre de soja, aceite de soja, galletas con soja, escuchar música en el sojadiscos en lugar del cedé, conducir el nuevo Ibiza Soja y comprarnos la nueva PSS, la Play Station Soja. Y eso a pesar de que cayó el muro y el capitalismo venció a la Unión Sojiética. Claro que ahora lo que se lleva en política es el Soje de Civilizaciones. Esto, insisto, está muy bien para toda esa gente a la que por alguna broma cruel de la naturaleza le gusta el sabor --¿sabor?-- de la soja. Los demás, en cambio, nos tenemos que limitar a suplicar por algún producto que en lugar de soja tenga, no sé, cualquier otro ingrediente. Por tanto, nos acercamos al encargado del súper, preguntamos entre hipos y sollozos, y conseguimos llevarnos a casa el único producto a la venta que no tiene soja: una ristra de cabezas de ajo. Llegamos a casa y empezamos a comernos los ajos. Crudos y a mordiscos, ya que llevamos más de tres días sin probar bocado. Hasta que nos damos cuenta de que, horror, ajos al revés es soja.


 
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