martes, 1. abril 2003
Jaime, 1 de abril de 2003, 20:27:07 CEST

El oráculo


Es bastante habitual que, de tanto en cuando, a uno se le junten pequeños problemillas y agobios varios. Es decir, que pase por una mala racha. Las hay que son realmente malas, durante las que a uno le pasan verdaderas desgracias. Otras, como la que estoy aguantando estos días, son irritantes, pero llevaderas. Lo peor -y en realidad es poca cosa- es que me está comenzando a entrar complejo de gafe. En fin, como soy un joven moderno, de estos que está al día, sé que la solución a estos asuntillos no está en las sectas, ni en las drogas, ni en la ciencia -sólo faltaría-, sino en Google, la verdadera panacea contemporánea. Así pues, decido que lo mejor para superar una mala racha es seguir las indicaciones del oráculo del siglo XXI. La búsqueda que introduzco para comenzar es, simplemente, "malas rachas". Aunque lo único que encuentro es una crónica de béisbol cubano de título prometedor (Las malas rachas pasan) y el foro El horóscopo de Rappel, en el que un usuario asegura, por ejemplo, que "lo que llamamos malas rachas en realidad es la acumulación de peticiones negativas de uno o de un grupo ya que los seres superiores que nos ayudan en nuestro crecimiento nos dan lo que pedimos y si nos hemos llenado de pensamientos negativos malas vibras y similares eso es lo que nos dan. Basta cambiar de forma de pensar, llenarse de AMOR y pedir cosas concretas buenas para uno" (sic y sigh). Si modifico ligeramente la búsqueda, para introducir también la palabra "solución", encuentro una página de Feng Shui en la que se me aconseja redecorar la habitación (básicamente) y otra página más o menos orientalizante, que me explica (o lo intenta) el Método físico y mental del muñeco de madera. Sinceramente, no entiendo lo que se hace con el muñeco y ni siquiera sé si tal muñeco existe o es sólo metafórico, pero el caso es que, al parecer, las malas rachas son habituales en el entrenamiento en cuestión del método este, aunque nadie sabe por qué se producen. La cosa, pues, no acaba de funcionar, ya que ahora mismo no estoy para cambiar mi forma de pensar, ni para escribir la palabra amor toda ella en mayúsculas, ni para ponerme a empujar muebles. Por no hablar de lo del muñeco de madera, aunque reconozco que esto sí me tiene intrigado. ¿Tendrá algo que ver con Pinocho? El caso es que decido refinar la búsqueda, que ahora pasa a ser "acabar con una mala racha". El primero de los resultados promete: Recetas mágicas. El problema es que no tengo a mano ni un mortero, ni malvas, ni rudas, ni tomillo, ni laurel. Ni siquiera tinta verde. Y se supone que quiero una solución rápida y fácil, como dicen que es internet. En definitiva, no me sirve. Aun así, no me desanimo. Pero tampoco puedo evitar exaltarme, con lo que la búsqueda, por aquello de los nervios que ya he perdido, acaba siendo "acabar con la jodida mala racha de una puta vez, coño", que me lleva a una página en la que se habla de orcos, donde se me asegura que "si tenías mala racha, podias hacer un autentico despilfarro por intentar querer hacer un gate". Es decir, está escrito en un idioma parecido al español, pero que no consigo descifrar. Ya no me quedan más ganas de trastear, así que no puedo más que preguntarme algo así como "Google, Google, ¿por qué me has abandonado?". O pensar en la posibilidad de sacrificar un par de cd-roms para que el dios me sea más favorable en otro momento. Pero, he de admitirlo, mi fe en el buscador único comienza a flaquear.


 
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